martes, 6 de septiembre de 2016

La garra no fue suficiente para el Plásticos Magonsa Villamuriel

Hay cosas en la vida que es mejor no aprender y ayer el Villamuriel de Mario Prieto aprendió una de ellas: a perder.
El equipo cerrateño había ganado en su debut ante el Bembibre, empatado en la segunda jornada en Segovia y ayer le tocó perder ante La Bañeza para tocar todos lo signos de la quiniela en los tres partidos de Liga que ha jugado hasta ahora.
El partido arrancó sin un dueño claro. Al Villamuriel le costaba mandar en el centro del campo. Parecía que las numerosas bajas del conjunto verde iban a influir mucho en el transcurso del partido, y así fue. Chino retrasó su posición en busca de balones, pero sus intentos fueron en vano y La Bañeza fue comiendo terreno los locales. Había transcurrido solo un cuarto de hora de partido y llegó la jugada que abrió el marcador. El capitán del conjunto leonés, Mateo, botó un saque de esquina y el visitante David dejó claro que el juego a balón parado puede aportar mucho a su equipo este año.
Un disparo a puerta y un gol. Ese era el bagaje de los de Luis Alberto Carnicero, que con muy poquito cambiaron el sigo de la quiniela del partido a un ‘2’, que por primera vez se asomaba al casillero cerrateño de esta temporada. Al Villamuriel le faltaban ideas, no se generaba peligro, y su única aproximación a los dominios de Sánchez fue con una buena internada de Sáez que Chino remató sin acierto.
Hacia falta creatividad, que el balón llegase a los jugadores más adelantados y Mario Prieto lo vio claro cuando acabó la primera mitad: el partido pedía a gritos la entrada de Tuco. El incombustible capitán cerrateño saltó al campo tras el descanso para dotar al medio del campo de más importancia y la jugada salió bien al ténico. El Villamuriel empezó a mostrarse más vertical, tanto que en el minuto 49 Chino disfrutó de una gran ocasión. El 10 controló con el pecho y su disparo a la media vuelta se marchó desviado. Había que afinar la puntería, pero la pólvora no estaba mojada. El Villamuriel se empezaba a sentir cómodo y esa comodidad le hizo asumir algún riesgo que los leoneses aprovecharon para mandar el balón al larguero en el minuto 50 tras un tiro de Fernández.
A los de verde el 0-1 no les servía de nada y se echaron con descaro a por el gol del empate, algo que la afición veía más cerca después de que el leonés Fran viese a la segunda amarilla y dejase a su equipo con 10.
El partido se ponía bien para el Villamuriel y el Rafael Vázquez Sedano rememoraba aquellas jornadas épicas de la pasada temporada, más aún cuando Tato culminó un contragolpe de libro con el 1-1. «Esto se gana», gritaba un aficionado, pero la hinchada local no contaba con la actuación del colegiado, que pitó penalti a favor de La Bañeza en el minuto 70, y el capitán Mateo mandó la pena máxima al fondo de la red para que el 1-2 subiese al marcador.
El gol fue un mazazo para los de Prieto. Pero el amor propio es una cualidad inherente para todos los que visten de verde en el Rafael Vázquez Sedano, y el portero visitante Sánchez tuvo trabajo extra hasta que el colegiado pitó el final de un partido intenso en el que los cerrateños probaron por primera vez el amargo sabor de la derrota. Esta vez, la garra no fue suficiente para ganar, pero sí para divertir a una afición que pronto podrá disfrutar del fútbol sentada, aunque, con finales como el de ayer, pocos aguantarán con las posaderas pegadas a esa nueva grada.

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