Que era un rival a batir, de los de su Liga, todo el mundo lo sabía. Que iba a costar sangre (que se lo digan a Jesús y a su brecha en la cabeza), sudor y puede que lágrimas ganarles también, porque ellos también se jugaban mucho y los tres puntos eran tan golosos como necesarios para cualquiera de los dos equipos. Por eso, el Plásticos Magonsa Villamuriel se impuso, por la mínima, al Burgos Promesas 2000 y con este triunfo logra ascender tres puntos en la clasificación y ponerse undécimo.
Los primeros cuarenta y cinco minutos pasaron sin pena ni gloria, con ocasiones para los dos conjuntos, eso sí, pero sin goles. Gallo advertía a los verdinegros, cuando un mal despeje de Jesús terminaba con el esférico en la bota del burgalés, que disparaba directamente fuera. El partido era trabado, con dificultad para distribuir el juego en el centro del campo, sin intensidad sobre el césped. A todo esto, se sumó un choque entre Jesús y Abad, que paralizó el partido para curar la brecha a ambos jugadores. Minutos después de que se reanudase el juego, Belerda intentaba sorprender a Álex desde fuera del área, pero el balón se iba muy desviado.
Un saque de esquina botado por Tato era rematado de cabeza por Chino, rozando el travesaño de la portería rival. El Villamuriel comenzaba a crear ocasiones pero no lograba materializarlas. Lo mismo ocurría en el banquillo contrario, con Abad y Ovidio como estandartes del ataque rival, también con más intención que peligro.
Poco a poco el Villamuriel comenzaba a sentirse cómodo en el campo. Los pases cortos comenzaban a salir y las jugadas de ataque iban incrementando su peligro. El tambor ya retumbaba en la grada para animar a los suyos. Siete minutos antes de que terminase la primera parte, Álex paraba un disparo de Chino, para dos minutos más tarde detener un tiro suave de César Simón, que intentaba superar por arriba al meta rival.
El paso por los vestuarios despertó aún más las ansias y el hambre de gol. Así, Tato sacaba una falta desde la frontal, que se paseaba por la portería sin que nadie atinase a rematarla. Otra oportunidad perdida. Al poco, César Simón no lograba atacar un balón dentro del área después de un remate de cabeza de Jesús.
Francis Olea no estaba satisfecho con lo que veía y sacaba a dos revulsivos que darían rapidez y efectividad a los ataques: Javichi e Iván. El primero de los nombrados tuvo el gol en sus botas tras una gran jugada individual que, tras regatear a dos rivales, disparaba ajustado al travesaño pero directamente fuera. El segundo de los cambios se había cansado de ver tanta especulación con el gol desde el banquillo, por lo que aprovechó un espectacular centro de Tato desde el borde del área para anotar el gol de la victoria. Corría el minuto 63.
Los cerrateños tuvieron más oportunidades para incrementar la ventaja, pero ni el centro de César Simón por la banda que no encontró rematador, ni los tres saques de esquina consecutivos de los de Olea terminaron en la red. El colegiado evitó pitar una o puede que dos penas máximas a favor del Villamuriel pero a falta de un minuto para el final, llegó el penalti, cometido por Jorge, a favor del Burgos Promesas 2000. Cosín se llenó de balón y disparó desviado de la portería de Sevi, que respiraba aliviado. Por fin se llegó al final del partido, casi pidiendo la hora, y sumando tres puntos.
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