martes, 22 de diciembre de 2015

La fuerza acompañó al Plásticos Magonsa Villamuriel ante la Cebrereña


Ahora que 'Star Wars' vuelve a estar de moda, el Villamuriel sigue en su particular lucha por alejarse del lado oscuro, pero el equipo verde poco o nada tiene que ver con 'Anakin Skywalker' y parece complicado que acabe sucumbiendo al mal porque carece de algo inherente al reverso tenebroso: temor. «El miedo es el camino hacia el lado oscuro. El miedo lleva a la ira, la ira lleva al odio y el odio lleva al sufrimiento». Esto decía el maestro Yoda en la mítica saga y el Villamuriel ha demostrado que no puede coquetear con la parte baja de la tabla, con la parte tenebrosa de la Liga, porque derrocha valentía por


los cuatro costados, un atributo que le hace ser alocado en ocasiones, pero que le dota de una personalidad que le permite sacar puntos de partidos tan extraños como el que se vivió en el Rafael Vázquez Sedano.
El Villamuriel saltó al campo con un once novedoso. Las bajas de Marcos Belerda, Iván y Mateo en el centro del campo obligaron a Francis Olea a sacar un equipo de circunstancias con Jesús en el mediocentro y con tres hombres de corte meramente ofensivo. Aitor, Dani y Javichi eran la punta de la espada láser verde, pero necesitaban un 'jedi' para empuñarla, alguien con la sabiduría suficiente para canalizar la fuerza del Villamuriel y convertirla en peligro. Pero no. Los cerrateños lo intentaban sin recordar las palabras del maestro Yoda, aquellas que decían eso de «no lo intentes, hazlo. O no lo hagas, pero no lo intentes». Y así, intentándolo pero sin hacerlo, Jesús avisó con un disparo de larga distancia en el minuto 12, pero el balón se fue lamiendo el poste.
Tres victorias consecutivas llevaba el Villamuriel y parecía que se había alejado del lado oscuro para siempre, pero un gol en propia puerta de Diego Rubio en el minuto 36 parecía despertar el mal que habita en el interior de un equipo que llevaba un mes recibiendo elogios de toda la galaxia de Tercera División.

La primera parte acabó y las sensaciones no eran buenas, pero el escenario cambió tras el paso por los vestuarios. El Villamuriel salió eléctrico y en el segundo minuto de la segunda mitad se gestó el empate. Jesús se sacó un pase magistral para Javichi, quien recogió el balón por la banda para centrar a Aitor, que cruzó el balón todo lo que pudo para marcar el primer tanto del Villamuriel, y el décimo en su cuenta particular de la temporada.
Parecía que todo se podría encarrilar y que el conjunto cerrateño encontraría el camino para dar la vuelta al marcador. Pero, en ese preciso instante, cuando la afición soñaba con la cuarta victoria consecutiva, apareció en escena el malo de la película. El colegiado se convirtió en el padre de todos los males en el minuto 66 al señalar un penalti en una jugada más que dudosa. Terleira marcó la pena máxima y el público dedicó un sinfín de improperios a Reinoso Mangas. Vestía de negro, sin capa y sin máscara, pero, para el público, el árbitro era más malo que 'Darth Vader'.

Muchos se temían que el Villamuriel se iba a ir de vacío en el último partido del año, pero ya decíamos que este equipo no sabe lo que es el miedo. Los cerrateños se echaron arriba porque no tenían nada que perder y el descaro tuvo premio en el tiempo añadido, cuando Víctor metió el pie en un barullo en el área para marcar el empate a dos y otorgar un nuevo punto al conjunto de Francis Olea. No había tiempo para más y los de verde cierran un 2015 para el recuerdo con un empate que les deja séptimos en la tabla con 27 puntos. El Villamuriel se aleja del lado oscuro gracias a su ausencia de miedo. La esperanza viste de verde. La fuerza, también.

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